1.
La posibilidad de crear de manera comunitaria historias y relatos en conversaciones – no simples monólogos o intercambio secuencial- es lo que construye y reconstruye los vínculos entre las personas.
2.
Conversar es un hecho humano, político y trascendente. Va más allá de decir u oír, escribir o leer, dibujar o mirar… Conversar es la manera en que los humanos realizamos el aprendizaje social de construir y reconstruir los vínculos orientados por intereses, sueños y horizontes.
3.
Conversamos, y así nos vinculamos de manera constructiva, con nuestros/as contemporáneos/as pero también con las personas que pasaron por el mundo.
4.
Las conversaciones no se sujetan ni reproducen reglas que ordenan las intervenciones o los intercambios, por el contrario: las violentan, las exceden, las alteran y las vuelven obsoletas. Las conversaciones mueven e impulsan las coordenadas de la historia, no la reproducen.
5.
Todas las personas participamos de la construcción de vínculos, por lo tanto somos activas conversadoras. Volver esto consciente y reconocer lo constitutivo del hecho, posibilita entender la participación en las conversaciones sociales como un hecho fundamental en la conformación comunitaria.
6.
Las tecnologías y las formas narrativas que posibilitan, permiten multiplicar las capacidades conversacionales de las personas.
7.
Toda experiencia conversacional se expande por los espacios de cisura, por las interfaces de tecnologías y lenguajes, como agua entre las grietas, que copiando la forma de los surcos y pliegues sigue siendo agua pero también diversidad, vapor y humedad.
8.
Toda conversación, por lo tanto las múltiples experiencias de creación y recreación de los territorios sociales, pueden ser entendidas en clave de transnarrativa y transtecnología.
9.
Transmedia implica a personas relacionándose, hilvanando conversaciones, construyendo narrativas que se apoyan y trascienden lenguajes propios de las diferentes tecnologías que se utilizan en la experiencia.
10.
Sin la participación, la noción de participación y la capacidad de conversar más allá de las reglas de juego de las tecnologías y los lenguajes que estas posibilitan no existe la transmedia.
11.
Las experiencias transmedias no comienzan ni terminan, fluyen, se contraen y expanden, se concentran y diluyen. Sus bordes y fronteras son difusos y sólo pueden definirse desde la arbitrariedad o la urgencia.
12.
Pensar que es posible una “producción transmedia”, es como pensar que una fotografía puede ser la realidad. Las producciones de contenidos pueden capturar un instante de una experiencia transmedia, como una fotografía puede recoger destellos del rebote de las ondas de luz sobre los cuerpos.
13.
No se trata de realizar productos transmedia, sino de impulsar, participar y –llegado el caso- documentar destellos de experiencias conversacionales transmedia.
14.
Visualizar las conversaciones como experiencias transmedias implica reconocer las tecnologías y dispositivos comunicacionales como herramientas capaces delimitar la participación comunitaria o, por el contrario, aliadas en la expansión de la misma.
15.
Las tecnologías permiten el desarrollo de conversaciones transmedias si posibilitan las conversaciones capaces de ocupar los pliegues y estallar los continentes y no se encallan en la reproducción de lenguajes, sentidos, por lo tanto saberes, marcos de comprensión y órdenes.
16.
Las narrativas permiten el juego transmedia si nos incomodan como habitantes y ciudadanos de un orden y nos tornan, por el contrario, participantes y –por lo tanto protagonistas- de la creación y recreación de los territorios sociales.
17.
La digitalización, la convergencia y el aumento en la velocidad de transmisión de datos posibilita acortar los tiempos del intercambio, lo que permite mejorar la percepción de participar de conversaciones. Pero no necesariamente esto es así. Conversamos si además de relacionarnos, tenemos la suficiente conciencia y capacidad de trascender las reglas de juego.
18.
Los hipervínculos, los distintos lenguajes capaces de trasmutar y hacer sinapsis con otras experiencias, las formas de conocimiento que pueden compartirse libremente y recrearse para volver a compartirse, favorecen la conversación.
19.
La manipulación de contenidos en base a perfiles de usuarios, la inaccesibilidad al conocimiento, la asimetría en la capacidad de conocer la arquitectura sobre la que fluye el proceso comunicacional, inhabilitan la conversación.
20.
La transmedia y las diferentes técnicas y tecnologías asociadas a su lógica pueden (y deben) aportar a procesos educativos, organizativos y de reconfiguración del poder en las comunidades.